«Y, ciertamente, otorgamos el Libro (la Torá) a Moisés e hicimos que lo sucedieran (otros) mensajeros. Y concedimos a Jesús, hijo de María, claros milagros y lo respaldamos con el ángel Gabriel. ¿Es que teníais que envaneceros cada vez que llegaba a vosotros un mensajero de Al-lah con lo que no deseabais y teníais que desmentir a unos y matar a otros?»
Corán, 2, 87.