«Su Señor les respondió sus súplicas diciendo: “No dejaré de
recompensar ninguna de sus obras, sean hombres o mujeres,
descienden el uno del otro. A los que emigraron, fueron expulsados de sus hogares, padecieron dificultades por Mi causa,
lucharon y cayeron, les perdonaré sus faltas y los introduciré en
jardines por donde corren ríos”. Ésta es la recompensa que Dios
les concederá. Dios posee la más hermosa recompensa.»
Coran, 3, 195.